miércoles, 26 de septiembre de 2012

(Econoinvest) Miguel y el tiempo, por Gonzalo Himiob Santomé


“Sin justicia, no hay libertad,
sin ésta la vida se reduce a un devenir insípido
y sin sentido”
Miguel Osío


Alguna vez escribí, que el tiempo no es más que la conciencia que tenemos de nuestra propia existencia. Nunca somos tan conscientes del tiempo que transcurre como cuando lo vivimos intensamente, o cuando es de su discurrir que dependen nuestras vidas o nuestras ilusiones. Un instante puede parecernos una eternidad, y una eternidad puede convertirse en un simple y breve momento, dependiendo de la forma en que nuestras emociones y circunstancias nos fuercen a vivirlos.

Reflexiono sobre mi amigo Miguel Osío, uno de los gerentes detenidos por el caso de Econoinvest, cuando ya lleva, al lado Ernesto, de Hermán y de Juan Carlos, mucho más de dos años literalmente secuestrado por un poder judicial (así, en minúsculas) que ha decidido someterse a los dictámenes del ejecutivo, y no como debería ser, a los de la Constitución y las leyes; para ellos este tiempo ha debido sentirse como una inhumana eternidad.

De todos ellos podría hacer una semblanza especial, pues todos son grandes emprendedores, lo que en un país como este es por sí mismo un acto de heroísmo, que además tuvieron una visión financiera, social y de nación que les llevó a ser los primeros que con sencillez y claridad, pusieron al alcance de miles de ciudadanos ese complicado y difuso mundo que era para muchos de nosotros el de las bolsas de valores. Si en algún momento, para tratar con ello de proteger nuestros pocos o muchos ahorros contra la volatilidad económica de este gobierno, en verdad se “democratizó” el mercado bursátil, fue de la mano de ellos, que no sólo comprenden y comprendían las bolsas de valores y sus manejos, sino además entendían que detrás de cada inversión y detrás de cada bolívar que se les confiaba, estaba un cúmulo de sueños y de ilusiones personales, sobre el que de alguna manera también asumían, con honestidad y eficiencia, la responsabilidad.

Podría también decir, que fueron unos de los pioneros en el fomento de las artes nacionales, promoviendo y apadrinando, a través de la Fundación para la Cultura Urbana, a nuestros talentos literarios, musicales y artísticos en general, y dando cuenta con ello de que sus apuestas y sueños estaban acá, que no en otras latitudes. Si algo puede decirse de Miguel, de Hermán, de Juan Carlos o de Ernesto, así como también de Gabriel Osío (el hermano de Miguel) y de otros gerentes y directivos de Econoinvest, es que siempre tuvieron claro que además de la tranquilidad económica (a fin de cuentas todos necesitamos llevar el pan a la mesa), el ser humano necesita del arte, la literatura y la música, y de la espiritualidad que de estas nace, para estar completo y feliz. Nos ayudaron, a miles, a proteger nuestro dinero, a pensar en opciones legítimas y válidas que iban mucho más allá de la simple consignación de la plata en una cuenta de ahorros, pero lo hicieron además con una profunda sensibilidad y con una indiscutible conciencia social que nada, ni siquiera el terrible abuso al que han sido sometidos, puede escatimarles.

Sin embargo escribo hoy especialmente por Miguel, a quien conocí en la universidad y con el que compartí y comparto, no sólo experiencias laborales, sino además una sincera y sentida amistad. Pienso en Carolina, su esposa y en Rodrigo y Ricardo, sus hijos. Pienso en sus hermanos y en sus padres, y siento la necesidad de rendirle un homenaje que le recuerde, Dios quiera que pueda leer estas líneas, que este gris episodio de su vida no es más que un momento en el tiempo, uno que también pasará, uno que le dignifica y que les ha revelado a todos los que no le conocían su verdadera esencia humana y su bonhomía.

Miguel ha sido forzado, con sus compañeros, a llevar la pesada carga de quienes, siendo inocentes, son estigmatizados por el poder como culpables por felonías no cometidas. Ha sido encarcelado bajo las banderas de la mentira y de la conveniencia política, ha sido víctima de la burla a cuanto precepto legal ha sido justamente alegado a su favor sólo para mantenerle en la ignominia, pero aún así, su alma se ha mantenido incólume. Otros, lo hemos visto en estos días, sometidos a presiones y a tentaciones que comparadas con las que han sufrido y vivido nuestros amigos de Econoinvest son francamente risibles, sí han vendido sus valores al mejor postor por piches treinta monedas, mientras que por el contrario Miguel y sus compañeros se han mantenido estoicos en esta lucha, que ellos lo saben, ya no es sólo por su libertad: Es la lucha por el rescate de valores que hace mucho tiempo, especialmente para el poder, ya no tienen sentido y se han perdido. Valores que debemos recuperar si es que en verdad queremos reconstruir nuestra nación desde lo mejor de nosotros, lo que nos une, lo que nos hermana, que no desde lo que nos separa, o desde lo que nos pretende forzar a creer en mentiras y a vernos como enemigos a muerte.

Ya antes también me había invadido este sentimiento de indignación, que ahora me acompaña cada vez que sé de alguna nueva trapisonda o de un engaño más en el juicio que se sigue a los gerentes de Econoinvest. Recuerdo la brega con Francisco Usón, a quien el poder, sirviéndose de las mismas triquiñuelas y de las mismas mentiras, apartó por años del abrazo cotidiano de su familia. Recuerdo los abusos contra Otto Gebauer, contra los comisarios, contra Cedeño, contra los Guevara, contra Afiuni, contra los PM, y contra tantos otros (les ruego me excusen que no los nombre a todos), y también recuerdo lo que en ese momento me hicieron sentir tales desmanes. Recuerdo las horas de espera en los tribunales por decisiones que nada tenían que ver con la justa administración de justicia, que siempre eran “consultadas” previamente con quienes nos dirigen y que venían siempre “cantadas” desde Miraflores.

También amigo Miguel, ahora que escribo recuerdo que tan gruesas facturas no quedaron ni van a quedar pendientes por pago, y lo que es más importante, recuerdo también el honor y la dignidad con los que Usón, Gebauer y tantos otros que han pasado por lo mismo que tú estás viviendo ahora, le dieron la cara al mundo, a sus hijos y a la libertad cuando ésta por fin, como les llegará a ustedes, les llegó a ellos.

Se los aseguro Miguel, esto que viven tú y tus compañeros en este momento, no es más que un muy difícil instante en el tiempo. Uno que sé que a veces pareciera ser, aunque no lo es, una eternidad. Uno que más pronto que tarde terminará, ya lo verás. Uno que a ti, a tus hijos, a tu familia y a tus amigos, les dejará para siempre el orgullo imperecedero de saberse protagonistas y partes de la historia de esos seres humanos especiales, esposos, padres, amigos, amantes de las artes y de la ley, que pese a las terribles privaciones que sufrieron y que sufren, siempre fueron honestos y se mantuvieron, contra toda adversidad, fieles a sus principios y a sus valores.

LaPatilla.com, 16/09/2012, enlace al original

Niegan juicio en libertad a detenidos de Econoinvest


La defensa recurrió de la decisión y solicitó su revocación 

Este martes 25, el Juzgado Quinto de Juicio, a cargo del doctor Rodolfo Romero,  negó medida cautelar para juzgar en libertad a Herman  Sifontes, Juan Carlos  Carvallo, Ernesto Rangel y Miguel Osío, directivos de Econoinvest, Casa de Bolsa.

Luego de veinticuatro meses de privativa de libertad y de haberse solicitado la  medida en tres ocasiones por escrito e innumerables veces de manera oral en las  audiencias, la medida fue denegada en una decisión breve y escueta.

La abogada Beatriz Di Totto, miembro del equipo defensor de Econoinvest, afirmó que  "la defensa  solicitó  la revocación del fallo  toda vez que no existe motivo alguno que justifique la detención preventiva de nuestros defendidos. Se ha demostrado  con creces su arraigo en el país, su  clara  disposición de contribuir al esclarecimiento de los hechos y el hecho de que el período de detención que ya han sufrido superó con creces el lapso total de la pena en el supuesto negado de que  la sentencia fuese condenatoria. Además, el tribunal debe considerar la  opinión del Ministerio Público, que no se opuso a la revisión solicitada.  Todo ellosin contar que  las  madres, esposas e hijos de los detenidos han resultado  severamente afectados en un proceso que ha degenerado en una tortura".

Por su parte, el Dr. Luis Valdivieso, miembro también de la defensa, sostuvo que a los directivos de Econoinvest se les despojó de la empresa que constituía el trabajo de toda una vida, se les arrebató su patrimonio, y ahora permanecen injustamente  encarcelados.

Basada en los artículos 9, 243 y 250 del Código Orgánico Procesal Penal (COPP)  la defensa solicitó nuevamente el pasado 18 de septiembre en audiencia, el  juicio en libertad de Sifontes, Rangel, Carvallo y Osío tomando en consideración  que dicho instrumento legal considera la privación de libertad como excepcional,  cuando se cumplen tres condiciones concurrentes: comisión de un delito grave,  peligro de fuga y peligro de obstaculización de la investigación.

De acuerdo con lo expuesto, si no se dan simultáneamente esos tres requisitos, el  juicio debe realizarse en libertad, para lo cual el Código establece las medidas que  pueden sustituir al encarcelamiento:  presentación periódica, prohibición de salida
del país, fianza, entre otras.

Así mismo, el pasado mes de junio, los abogados defensores de Econoinvest  consignaron al Juzgado Quinto de Juicio la decisión del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, el cual determinó arbitraria y  violatoria de los derechos humanos la privación de libertad en el proceso que se le  sigue a los cuatro directivos de Econoinvest y pidió al Gobierno de Venezuela la  inmediata libertad de los procesados.

Pese a este nuevo golpe a la justicia, la doctora Di Totto asegura que "seguiremos  insistiendo en el recurso, ya que  el tiempo de detención preventiva de nuestros  defendidos ha excedido todos los lapsos posibles sin contar el hecho de que han  probado con creces su inocencia. Y se mantienen firmes porque les anima la  defensa de su reputación que no ha podido ser enlodada a pesar de la malhadada  acción de una justicia que no se ha aplicado".