El mercado alternativo de divisas, conformado por operaciones de títulos valores con fines cambiarios, estaba permitido por los marcos regulatorios del país y promovido por la política monetaria nacional, la cual estipula el Banco Central de Venezuela (BCV) con total autonomía.
Así lo indicó la abogada Noris Aguirre, especialista en mercado de capitales, en el juicio a los cuatro directivos de Econoinvest. El acto llegó a la fase de los testigos, y Aguirre es la primera experta en asistir, desde la promoción de la defensa.
"Con el mercado alternativo se comenzaron a atender los retrasos a Cadivi, con lo que se le dio un respiro a la economía", señaló Aguirre en el interrogatorio que llevó a cabo Beatriz di Totto, abogada defensora de los directivos de Econoinvest. También el fiscal Samuel Acuña, uno de los cuatro representantes del Ministerio Público que lleva este juicio, realizó preguntas a la experta en capitales, al igual que el juez quinto de control, Rodolfo Romero.
Aguirre reiteró que el mercado alternativo se inició luego de que el Convenio Cambiario número cuatro permitiera las operaciones de títulos valores con divisas, dejando sin vigencia el Convenio Cambiario número uno, el primero que fue decretado cuando comenzó el control de cambio en el país.
BCV reiteró autorización
Noris Aguirre, que fue gerente general de la Caja Venezolana de Valores, reiteró que todas las emisiones de títulos de deuda incluían el decreto que especificaba los parámetros para su negociación, y en estos documentos nunca existió alguna limitación para transar en bolívares o en dólares en el caso de los Títulos de Interés y Capital Cubierto (Ticc), siempre y cuando se diera una compra y venta de ese papel en la transacción.
Sin embargo, recordó la experta, la Asociación Bancaria de Venezuela solicitó al ente emisor una reiteración sobre la permisibilidad de la negociación de los Ticc, a la que el propio directorio del BCV respondió, asintiendo a que estos papeles podían ser usados para transacciones con fines cambiarios.
De hecho, señaló que la premisa incluida en los decretos y prospectos de todas las emisiones sobre "la democratización del capital", aunado a la inscripción de estos títulos en el Sicet (Sistema de Custodia del BCV) se anticipaba a la formulación de un mercado secundario. "Nunca existió ninguna restricción para que los Ticc se negociarán en dólares o en bolívares", sostuvo Aguirre.
Y aseveró que todas las operaciones con estos títulos, y con cualquier otro de deuda pública, quedaban registradas en el Sicet: desde el cambio de propiedad o titularidad del bono, hasta cuánto y dónde se había hecho el pago.
Si la contraparte monetaria se hiciera en Venezuela, el registro queda en el Sistema de pagos nacional, cuyos registros también lleva el BCV. Mientras que si se hiciera en moneda extranjera, el pago se realiza en los bancos internacionales con sistema Swift, al que pertenece el ente emisor venezolano, por lo que también tiene acceso a toda la data o traza de la operación.
El Mundo, 14/12/12, pág. 15, Carjuan Cruz
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