jueves, 20 de diciembre de 2012

¿La Magia de la Navidad? Sin Libertad...

Ricardo Padron @RODZ2058

Hace cerca de un año escribí un articulo titulado “Diciembre Evoca... ¿y La Justicia Cuándo se Avoca?” (http://ow.ly/1AFxyk). Con el pesar del tiempo transcurrido, me sigo haciendo la misma pregunta: ¿La Justicia Cuándo se Avoca?... ya van mas de 930 días que mis amigos siguen presos y la justicia no se presenta.

Para nosotros, los católicos, Diciembre es un mes con connotaciones especiales, que desde su génesis religioso, ha conquistado nuestra manera de ver, sentir y vivir este mes. Con la venida del Niño Dios, nos abrazamos a la esperanza, a la ilusión y a los deseos de reencontrarnos con el amor de nuestros seres queridos.

No existe un momento mas especial, ni expresión de amor mas palpable para un padre que presenciar esa felicidad, indescriptible en palabras, que viven nuestros hijos al despertar el 25, casi de madrugada todavía, y con un brinco acrobático desde su cama, corren dándose tumbos contra la pared, en busca de los regalos que el Niño Jesus les ha dejado.

Nunca olvidaré la primera vez que mi hijo mayor hizo esa carrera, consciente ya del acontecimiento que le esperaba al pie del arbolito. Para entonces tenia tres añitos y parecía a un potrillo dando sus primeros galopes, con ese desequilibro angelicalmente sostenido. Por supuesto, yo atrás, primerizo, trasnochado, asustado, con un hilo frío en el corazón: no fuera que, en ese arrebato emocional, el niño se malograra contra la atravesada punta de la mesa o la aviesa esquina de la columna. Por gracia divina llegó, como beisbolista, deslizandose a su botín, sano y salvo.

Cuando mi hijo mayor hizo esa primera carrera, me llevó treinta años atrás. Volví a mi niñez, mi carrera alocada por las escaleras de mi casa, brincando de emoción sobre mis regalos y abriéndolos, bajo la mirada cómplice de mis padres y el sonido de las risas de mis hermanos. Ese fue, sin mi hijo saberlo, el mejor regalo de Navidad.

A los hombres nos cuesta a veces reflejar estas emociones. Las tenemos alli, pero las disimulamos, bajo la errónea creencia de que ello nos hace débiles y faltos de carácter. Propio de una sociedad machista. Sí, nos hace vulnerables. ¿Pero quién no lo es? No creo que se puede realmente reir, llorar o amar sin sentir la vulnerabilidad que nos da la fragilidad de esas emociones. Al final, nos fortalece como personas y nos permite entendernos mejor. No hay padre, que sus rodillas no tiemblen al ver los ojos brillantes de un hijo feliz al pie del árbol de Navidad.

Doy gracias a Dios de que no he perdido un solo año de este momento maravilloso que nos brinda la vida. Y es aquí que me recuerdo de Ernesto, Juan, Herman y Miguel. Cuatro padres a quienes les han robado el único regalo que realmente les interesa: ver a sus hijos, bajo el árbol de Navidad, abriendo sus regalos; oyendo sus risas de emoción; recibiendo sus besos furtivos. Llevan tres años que un inescrupuloso Grinch les robó ese verdadero regalo prometido por la vida. Y no ha habido nadie que le haya hecho comprender que fue un error; que no hubo delito y lo que hizo está mal.

Me pregunto, si a pesar de esa magia que el mes Diciembre brinda a nuestros hijos, ¿esta desaparece cuando a un hijo le quitan a su padre por una injusticia? ¿Qué ilusión puede tener un niño, durante su carrera loca hacia el árbol y sus regalos, sin la presencia protectora de su padre? ¿Quizás ya ni hay carreras hacia el árbol?

Sí es cierto que en Diciembre renace en nuestro espíritu la redención y la reconciliación, ninguna es posible sin la rectificación que permita corregir los errores cometidos y unir a tantas familias separadas por las injusticias cometidas. La libertad de Miguel, Juan, Herman y Ernesto de Econoinvest es un inicio.

Juez Rodolfo Romero, en sus manos está devolver esa magia de la Navidad a cuatro casas e impregnar de ilusión y esperanza la mirada de ocho hij@s. Sea usted la persona que traiga el mejor regalo en estas Navidades. Para usted Feliz Navidad, al lado de sus hijos y familia.

Que estas palabras abracen a todo padre o madre injustamente separado de sus hijos en estas Navidades. Les obsequio esta canción de Ernesto Rangel: Navidades en Libertad con tu “Sueño de Libertad”:



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